Fruto de la agricultura sostenible, de la elaboración artesanal y de los diferentes tipos de suelos para cada una de las variedades de su coupage, nace este vino elegante y delicioso. En él destaca la aportación de la Monastrell exhibiendo sus aromas clásicos balsámicos y herbáceos. Ideal con guisos especiados y con hierbas aromáticas.
Este monovarietal de Chardonnay de carácter mediterráneo es una gran muestra del talento de Enrique Mendoza para elaborar vinos a partir de las cepas galas en el cálido clima levantino. Se trata de un blanco muy expresivo, con notas varietales y persistente.